Toda Vida es Sagrada, Todos Los Nacimientos Son Sagrados

Una vida humana abarca un rango enorme de experiencia: satisfacción y tristeza; calma y agitación, dolor y triunfo, pasión y tranquilidad. Entonces, ¿qué debería significar el hecho de vivir en continua alineación con lo sagrado? ¿Es posible ver toda la vida y cada momento, incluso los más desafiantes, como sagrados?

¡Sí! Vivir de esta manera es de hecho posible: es abrirse al conocimiento más profundo y el misterio más íntimo de nuestro ser. Puede requerir algo de exploración y un poco de experimentación para iniciar el proceso. Pero si tu interés es genuino, entonces esta orientación —una manera de verlo todo como sagrado— será completamente natural, como regresar a casa.

Ver toda la vida como sagrada alimenta una sensación infantil de asombro y admiración. Prepara el escenario para los reconocidos milagros. La apreciación, gratitud, satisfacción y calma se convierten en nuestros ajustes predeterminados. Nuestra vida se convierte en una oración viva: cada pensamiento, palabra y gesto evoca y emana lo Divino sin esfuerzo.

Cuando vemos todos los momentos como sagrados, entonces también sabremos que cada nacimiento es sagrado. Sin importar los contornos de como sea tu experiencia de parto (vaginal o cesárea), en casa o en un hospital, con o sin una epidural, con o sin una comadrona o doula asistiendo, en agua o tierra, con o sin monitoreo fetal, ¡es sagrado!

Los renombrados partos de emergencia son sagrados, tan perfectos como cualquier otro nacimiento. Una inducción agendada es tan sagrada, tan perfecta como cualquier otro nacimiento. Un nacimiento en una tina llena de agua caliente y un nacimiento en la cama de tu casa o del hospital, ¡de igual manera son sagrados!
Entonces, ¿qué tiene todo esto (al menos potencialmente) en común? ¿Qué lo hace igualmente sagrado? Es la Presencia, la atención plena, la conciencia despierta que brindas a la experiencia.

Con una Presencia vibrante viene un sentimiento de seguridad y satisfacción subyacente, un poder de sanación natural. Cuando tu atención plena es fuerte, entonces los contratiempos inesperados no son un problema, solo son un interesante contorno de la experiencia humana. Cuando nos sabemos una conciencia despierta en el núcleo de nuestro ser, estamos satisfechos por completo y somos capaces de relacionarnos habilidosamente con cualquier circunstancia que se presente.

Cuando accedemos y permanecemos como Presencia, toda percepción, acción y eventos llevan el perfume de la Presencia; estos brillan con la energía de lo sagrado. Dicha Presencia es el telón sagrado de cada nacimiento. Es el regalo más preciado que una madre puede darle a su recién nacido y a sí misma.