ABRIENDO EL CORAZÓN

ABRIENDO EL CORAZÓN

Todos sabemos la importancia del corazón físico: su pulso rítmico distribuye, a través de una red fluvial de arterias y venas, la sangre que porta el oxígeno vital a cada célula de nuestro precioso cuerpo humano.

Lo que no es tan conocido es que el corazón también crea el campo electromagnético más grande de cualquier órgano, ¡haciéndolo la fuente más potente de energía electromagnética en el cuerpo!

Pero el corazón no es solo un órgano físico y un campo electromagnético. En su dimensión más sutil o espiritual, el espacio del corazón sirve de portal hacia la paz, la alegría, la maravilla y la majestuosidad infinitas de nuestro verdadero ser. Contiene todo el misterio y la magia del amor verdadero.

El corazón espiritual resuena con la apertura natural del amor, con la acogida de toda experiencia, momento a momento. El verdadero amor emanando de nuestro corazón espiritual acoge tanto el dolor como el placer, tanto la celebración como la angustia. El verdadero amor perdona todos y cada uno de los acontecimientos instantáneamente, y en el sentido original de «perdonar» (como una «devolución» a Dios, al Espíritu, a la Naturaleza), en definitiva, el corazón espiritual está vinculado con Dios, el Espíritu y la Naturaleza.

Esta es la base de toda sanación: esta voluntad de mantenerse con un corazón abierto. O, si aún no eres capaz de hacer esto, de generar una auténtica voluntad de moverse en la dirección de un corazón abierto.

La sanación no es solo del cuerpo,
pues siempre incluye la mente y el espíritu

Al abrir el corazón espiritual, vemos claramente que la separación es una ilusión. Reconocemos el Corazón Único, que es la Madre colectiva de todos los seres, es decir, aquellos a los que nos referimos como «yo» junto con aquellos a los que nos referimos como «otros».

Tanto la acogida como el perdón son componentes clave de la transformación y la curación, ambos se basan en la comprensión de que el «yo» y el «otro» surgen de forma interdependiente. Cuando disolvemos la polaridad yo/otro, el perdón surge de manera natural, del mismo modo que un árbol florece naturalmente en primavera.

La experiencia humana conlleva tanto una tremenda alegría como una tremenda angustia. Pero un corazón roto, cuando se cobija con amor verdadero y sabiduría, se convierte en un corazón abierto aún más radiante. Un corazón así puede bailar con las innumerables polaridades de la vida, con destreza y gracia.

La vida es movimiento, cambio y transformación, lo que requiere un flujo continuo de nacimiento/muerte, aparición/desaparición. La inhalación muere en la exhalación; la exhalación desaparece en la nueva inhalación. Las células del cuerpo humano mueren y renacen continuamente. Esto es lo que permite la sanación.

¡Un corazón abierto puede celebrar la muerte tanto como la resurrección!

Un corazón abierto se deleita con la percepción de los sentidos, sensaciones físicas, pensamientos e imágenes, en resumen, cada componente de la experiencia humana. Un corazón abierto brilla y emana amor verdadero, el cual no está separado de la sabiduría.

El amor es la forma en que los mensajeros
nos dicen cosas desde el misterio.

El amor es la madre.
Nosotros, sus hijos.

Ella brilla en nuestro interior,
visible e invisible, a medida que confiamos
o desconfiamos, o sentimos que empieza a crecer de nuevo.

— Rumi

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